
En Fisioterapia Tarso podemos tratarte y ayudarte con la Condromalacia Rotuliana, estamos en el centro de Alcalá.
La condromalacia rotuliana es una lesión que se produce en el cartílago que se encuentra en la cara posterior de la rótula. También recibe el nombre de síndrome del dolor femoropatelar. Puede ser un reblandecimiento o una fisura.
En general es más frecuente con la edad (a partir de 40 años) aunque también es muy frecuente en el deporte (se denomina “rodilla de corredor“). El roce del cóndilo femoral sobre la rótula favorece el desgaste, siendo este roce muy frecuente en el deporte.
Es muy frecuente en deportistas y también en personas sedentarias que fuerzan las rodillas. Suele ser más frecuente en mujeres que en hombres, como otras patologías de rodilla, por las características anatómicas de la mujer.
Se puede clasificar en diferentes grados:
Grado I: Cambios muy leves en el cartílago.
Grado II: Zonas con fisura.
Grado III: Fisuras más profundas.
Grado IV: El cartílago articular desaparece. Es el caso más extremo.
Algunas de las causas de la condromalacia pueden ser:
- Traumatismos repetidos de baja intensidad, como los que ocurren al correr, a los que se unen otras alteraciones en de la rodilla, como aumento del ángulo Q, que es el que forma el tendón del cuádriceps con el tendón (ligamento) rotuliano, rótula alta, desequilibrios musculares (cuádriceps, isquiotibiales…).
- Traumatismos repetidos de mediana o alta intensidad, como subluxación o luxación de rótula.
- Un único impacto directo muy potente
- Otras causas, como artritis reumatoide, infecciones locales, edad…
Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor inespecífico que aumenta al sentarse y también al bajar escaleras.
- Sensación de fricción al extender la rodilla, dolor en la parte delantera de la rodilla.
- Crujidos, chasquidos, al tacto o al realizar flexo-extensión.
- Sensación de inestabilidad. La rodilla “falla”.
- Dolor al extender la rodilla después de estar un tiempo con la rodilla flexionada.
El tratamiento consiste en:
Aliviar el dolor. Si es muy agudo, la aplicación de frío puede aliviar cuando haya dolor, así como después de los ejercicios.
Evitar las posturas en flexión de rodilla, así como extensión de rodilla prolongada, ayuda a reducir el dolor.
El entrenamiento de la musculatura es fundamental en la recuperación de este tipo de lesiones.
En ocasiones el problema es que el cuádriceps no es potente. Suele ser un fallo del vasto interno, por lo que potenciar especificamente esta musculatura ayudará. Pero otras veces el problema es justo lo contrario: el cuádriceps tracciona demasiado, o los isquiotibiales son muy débiles.
En este caso, habrá que potenciar la musculatura isquiotibial, ya que estos músculos ayudan a frenar la flexión de rodillas cuando se bajan escaleras y cuestas, lo cual hace que el cuádriceps no actúe con toda su potencia, lo cual evita la compresión de la rótula contra el fémur.
Aplicación de vendaje kinesiotape ayudará. También existen rodilleras específica para condromalacia, que ayudan a disminuir el dolor a la hora de caminar y entrenar.
Masaje sobre el cuádriceps y la rótula para favorecer la microcirculación.
En cuanto a los ejercicios de musculación, es recomendable hacerlos con poca amplitud, para evitar las posiciones extremas de flexión y extensión de rodilla, que generan dolor. El ejercicio en piscina también puede ayudar, sin olvidar el trabajo propioceptivo.